En primera medida a mis padres Virgelina y José Luís por el sacrificio tan grande que han hecho para poder educarme y asumir con valentía las implicaciones que esto acarrea. Por sus consejos y correcciones tan oportunas que siempre han buscado llevarme por el camino del bien a pesar de las vicisitudes de la vida.


En forma especial a mi hermana Claudia, ya que es mi confidente y consejera, siempre me ayuda a ver lo positivo de las situaciones mas difíciles, a esto agrego no poder verla durante cuatro largos años en los cuales todo ha cambiado, inclusive mi amor por ella ya que cada día es mas grande. Pido a Dios que la bendiga siempre, y para Él, no encuentro más palabras sino GRACIAS ENORMES, sin su apoyo nada de esto hubiera sido posible.


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